sábado, 16 de marzo de 2013

Monte Meru: ¿El Centro del Universo?



Los textos budistas y muchos maestros frecuentemente se refieren al Monte Meru, también llamado Sumeru (sánscrito) o Sineru (Pali). El Monte Meru es una montaña sagrada en el budismo, el hinduismo y la mitología Jainista. Durante un tiempo, la existencia (o no existencia) del Monte Meru generaba una gran controversia.  Los
antiguos budistas pensaban que el Monte Meru era el centro del universo. El Canon Pali registra al Buda histórico hablar del monte. Con el tiempo, las ideas sobre el Monte Meru y la naturaleza del universo se hicieron más detalladas. Por ejemplo, un renombrado erudito indio llamado Vasubhandhu, proporcionó una descripción detallada del cosmos Meru-centrista en el texto llamado Abhidharmakosa. 

El universo budista

Los antiguos budistas  imaginaban el universo como esencialmente plano, con el Monte Meru en el centro de todas las cosas. Alrededor de este universo existía una vasta extensión de agua, y alrededor del agua había una vasta extensión de viento.

Este universo se hizo de treinta y un planos de existencia, apilados en capas, y
tres reinos o dhatus. Los tres reinos eran los Ārūpyadhātu, el reino sin forma; Rupadhatu, el reino de la forma, y ​​Kamadhatu, el reino del deseo. Cada uno de ellos se desdobla en múltiples mundos que son las casas de muchas clases de seres. Este cosmos se pensaba que era uno de una serie de universos que entran  y salen de la existencia a través del tiempo infinito. Nuestro mundo se pensaba que era un continente isla en forma de cuña en un vasto mar al sur del Monte Meru, llamado Jambudvipa, en el reino de Kamadhatu.
La tierra, entonces, se pensaba que era plana y rodeada por el océano. 


El mundo se convierte en una esfera

Al igual que los escritos sagrados de muchas religiones, la cosmología budista puede ser interpretada como un mito o alegoría. Pero muchas generaciones de budistas entienden el universo del Monte Meru como si existiese literalmente.  Luego, en el siglo 16, los exploradores europeos llegaron a Asia trayendo la noticia de que la tierra era redonda y  que estaba suspendida en el espacio. Y una controversia nació.  

Donald López, profesor de budismo tibetano y estudios en la Universidad de Michigan, ofrece una relación iluminadora de este choque de culturas en su libro Budismo y Ciencia: Una Guía para los perplejos (Universidad de Chicago, 2008). Los budistas conservadores rechazaron la teoría de un mundo redondo. Ellos creían que el Buda histórico tenía un conocimiento perfecto, y si el Buda histórico creyó en el cosmos del Monte Meru, entonces debe ser verdad.

Algunos expertos, sin embargo, han adaptado lo que podríamos llamar una interpretación moderna del universo del Monte Meru. Entre el primero de ellos fue el erudito japonés Tominaga Nakamoto (1715-1746). Tominaga argumentó que cuando el Buda histórico discutió acerca del Monte Meru,  sólo estaba recurriendo a la comprensión del cosmos que era común para su época.  


El Buda no inventó el cosmos del Monte Meru, ni la creencia de que fuera integral a sus enseñanzas. 

Tenaz resistencia


Sin embargo, un gran número de escolásticos budistas continúan firmes con respecto a la visión conservadora,  de que el monte Meru era "real" y no una mera abstracción  de una realidad entendible para la época. Misioneros cristianos trataron de desacreditar el budismo con el argumento de que si el Buda estaba equivocado acerca del Monte Meru,
no se podía confiar en sus enseñanzas.
Cabe señalar que la mayoría de estos mismos misioneros creían que el sol giraba alrededor de la tierra. 
Frente a este desafío extranjero, para algunos monjes y maestros defender el Monte Meru era equivalente a defender al propio Buda.  

Elaborados modelos fueron construidos y fueron realizados cálculos muy exactos para "probar" que los fenómenos astronómicos SIEMPRE fueron mejor explicados por las teorías budistas que por la ciencia occidental. Y, por supuesto, una parte de ellos hizo hincapié en el argumento de que el Monte Meru existía, pero sólo los iluminados podían verlo.  

En la mayor parte de Asia la controversia acerca del Monte Meru continuó hasta finales del siglo 19, cuando los astrónomos de Asia llegaron a ver por sí mismos que la tierra era redonda, y  los asiáticos educados aceptaron el punto de vista científico.

 El último reducto: Tibet

El profesor López escribe que la controversia acerca del Monte Meru no alcanzó al aislado Tíbet hasta el siglo 20. Un erudito tibetano llamado Gendun Chómpel ​​pasó desde el año 1936 a 1943 viajando al sur de Asia, expandiendo  la visión moderna del cosmos que para entonces fue aceptada incluso en los monasterios más conservadores. En 1938 Gendun Chómpel ​​envió un artículo al Tíbet Mirror para informar a la población que la tierra es redonda.

El actual Dalai Lama, que ha volado
alrededor del mundo miles de veces, puso fin a la idea de la tierra plana, diciendo que el Buda histórico estaba equivocado acerca de la forma de la Tierra. Sin embargo, "El propósito del Buda que vino a este mundo no era medir la circunferencia del mundo, ni la de medir  la distancia entre la Tierra y la Luna, sino para enseñar el Dharma, para aliviar los seres sintientes de su sufrimiento".

El Monte Meru en Occidente


En Occidente, en algunas tradiciones budistas, poco se dice en estos días sobre el Monte Meru. Al parecer, pasó a ser una de esas curiosidades irrelevantes que aparecen en los sutras de vez en cuando.  

Sin embargo, en otras tradiciones, la vieja cosmología todavía se enseña como un modelo metafísico.El Buda histórico nos enseñó acerca de la naturaleza del sufrimiento y los medios para liberarse de él, no vino a enseñar hechos sobre el universo fenoménico. 

Lo más justo sería decir que los textos budistas que hacen referencia al Monte Meru, no se están refiriendo al él de manera textual, sino más bien metafísica. Ya que, en el budismo podemos encontrar vasto conocimiento acerca de los "planos" o "realidades" que confluyen con nuestras limitadas percepciones humanas.  Los planos de percepción humana están paulatinamente siendo comprobados por experiencias científicas que tomaron como inspiración al budismo. La ciencia actual ha visto en el budismo una ventana  a la ciencia de la Física o Mecánica Cuántica, como también a grandes avances en temas relacionados con neurociencia, matemáticas, psicología,  neurofisiología y tantas más como lo podrán ver en el siguiente video de la serie Mind and Life. 
Mind and Life XXVI: Mind, Brain and Matter es una reunión anual entre científicos de todas las áreas, para discutir junto a SS Dalai Lama temas de los más variados y profundos, acerca de la naturaleza humana, la percepción, la conciencia, la importancia del bienestar de la mente, la ecología y muchos otros con el objetivo de contribuir con el bienestar de todos los seres del universo:




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